jueves, 6 de junio de 2013

El adiós de Mou


Mou
Mourinho. Fuente de la imagen

EL ADIÓS DE MOU
Francisco Rodríguez Criado
Si algo distingue al Real Madrid de los últimos años es su capacidad de incinerar entrenadores con la aquiescencia del presidente de turno, sobre todo durante la etapa de Florentino Pérez, a quien nunca le ha fallado el pulso a la hora de encender la pira. Pero quién hubiera dicho que tras la salida de Mourinho el chamuscado iba a ser el propio club. El ilustre portugués encerrado en su laberinto deja atrás un equipo malherido que tendrá que recomponerse tras esa dura batalla (contra sí mismo) a la que ha estado sometido en los tres últimos años. La tarea es ingente. El club deberá rehabilitar a Iker Casillas, que había pasado de ser un icono y el mejor portero del mundo a un (presunto) chivato venido a menos; deberá recuperar un marco de relaciones cordiales (o al menos neutras) con los medios de comunicación; deberá lavar su imagen de equipo marrullero; y deberá, sobre todo, ganar la dichosa Champions, ansiado trofeo por el que se ha apoyado cerrilmente a Mourinho en su lucha contra los molinos de viento. 
La salida de Mou del Real Madrid es la crónica de una muerte no solo anunciada sino también deseada por muchos, incluido el propio presidente, que ha hecho el ridículo por entregar un club histórico a la reencarnación del Mr. Scrooge de Dickens y por su intento de elogiar su paso por el club citando las escasas y pequeñas batallas ganadas. 
Este Real Madrid de Florentino debe hacer los deberes y congraciarse con su obligado destino, que es el de fichar grandes jugadores a golpe de talonario y sucumbir, año tras año, en Europa. Su fracaso resultará menos doloroso cuanto más previsible sea.

(Artículo publicado en El Periódico Extremadura el 6 de junio de 2013).